De aspecto imponente y eminentemente disuasorio, es un animal de buenos huesos, pecho ancho y profundo y espalda potente. Su cabeza, cuadrada vista desde cualquier ángulo, con orejas en V de color más oscuro que el manto y preferentemente negras, sobre la que predomina un morro ancho y de mediana longitud, recubierto de una máscara negra que se extiende hacia y alrededor de los ojos que han de ser igualmente oscuros (preferentemente color avellana, castaño, castaño oscuro o negro, nunca amarillos ni ámbar), de mirada intensa y profunda, es su principal y más característico sello de identidad. De pelo corto, su manto puede ser leonado, abarcando todas las tonalidades desde el arena hasta el rojo hígado, o atigrado.
El macho típico, cuando alcanza su pleno desarrollo físico, hacia los tres años y medio de edad, viene a medir entre 63,5 y 68,5 cm a la cruz con un peso entre 49,5 y 59,5 kg.
La hembra adulta, cumplidos los dieciocho meses, suele pesar de 41 a 49,5 kg y mide entre 61 y 66 cm.
Guardián inteligente, discreto, eficaz y con gran capacidad de discriminación, es poco ladrador, muy casero, y sólo moderadamente activo, por lo que se adapta perfectamente a la vida en piso y en ciudad.
Al contrario que otras razas molosoides, se caracteriza por aceptar las órdenes que le impongan todos los miembros de la casa, incluso los más pequeños y no ser "perro de un sólo dueño", lo cual facilita su convivencia con la familia.